Los 10 Pensamientos Más Negativos Y Como Confrontarlos
Los 10 Pensamientos Más Negativos Y Como Confrontarlos.
En nuestro día a día el cerebro interpreta de forma automática todo lo que nos rodea y, aunque en la mayoría de los casos los mensajes que nos ofrece son positivos y útiles, también puede confundirnos. Los psicólogos han estudiado en profundidad lo que se conoce como “pensamientos negativos automáticos” (conocidos en el mundillo como ANT, por sus siglas en inglés –automatic negative thoughts–): ideas perniciosas que aparecen en nuestra cabeza sin que las busquemos y constituyen una peligrosa fuente de emociones perturbadoras.
Aunque los ANT han sido objeto de estudio de numerosos psicólogos y psiquiatras, fue uno de los fundadores de las terapias cognitivas, el doctor estadounidense Aaron Temkin Beck, quién más contribuyó a su definición en los años 60. Beck creía que los ANT eran determinantes en nuestro bienestar, o más bien en nuestro malestar. En su opinión, estos pensamientos negativos sabotean lo mejor de nosotros mismos y, si no sabemos controlarnos, acaban creando una situación de inseguridad, ansiedad e ira que, a su vez, genera nuevos ANT. Un círculo vicioso del que no es fácil salir, en el que los pensamientos negativos se repiten una y otra vez.
1. Pensar sólo en blanco y negro
No dejar lugar a los grises, si algo malo ha ocurrido es sólo por tu culpa, y no hay solución: “He fallado por completo”, “cualquier otro podría hacerlo”, “esto sólo me pasa a mí”…
2. Leer la mente de otras personas
Estamos acostumbrados a castigarnos por lo que piensan otras personas de nosotros o nuestros actos, cuando en realidad es imposible que sepamos lo que piensan. Pensamientos tan comunes como “creen que soy aburrido” o “piensan que soy un torpe”.
3. Adivinar el futuro
Pensamos que el futuro va a desarrollarse de tal o cual manera, cuando en realidad no tenemos ni idea. “No tiene sentido intentarlo”, nos decimos. “No va a funcionar”. Un pensamiento negativo muy frecuente y que lleva al inmovilismo.
4. Generalizar
Pensar que, si algo ha pasado una vez, volverá a repetirse. “Siempre pierdo las llaves, así que las volveré a perder”, decimos. Puede ser, pero también te vuelva a pasar en años.
5. Minimizar las cosas positivas
“Me han felicitado en el empleo, pero cualquiera puede hacerlo mejor”. Es verdad, siempre hay alguien mejor que nosotros, pero no hay razón para no valorar las cosas que hacemos bien.
6. Dramatizar
Hacerse la víctima, y crear melodramas innecesarios. “No encuentro mi bolso. Me estoy haciendo vieja”. ¿Cuántas veces hemos oído una frase como está a nuestras madres o abuelas? No existe una relación causal en esa afirmación, pero aun así lo creemos.
7. Tener expectativas poco realistas
Todos tenemos un límite, y aunque pensar que no lo tenemos puede ser positivo para alcanzar determinadas metas, también puede ser contraproducente. Cuántos deportistas o conductores han pensado “tengo que seguir, aunque esté agotado” y han acabado lesionándose de gravedad
8. Insultar, a nosotros mismos y a los demás.
Estas ideas aparecen muchas veces en nuestra mente en forma de insultos: “soy un inútil”, “mi compañero es imbécil”, “mi jefe es tonto”…El problema es que, en muchas ocasiones, nos creemos lo que pensamos, y acabamos tratándonos a nosotros mismos o a los que nos rodean de forma acorde al insulto que les estamos dedicando.
9. Autoculparse
Aunque la mayoría de nosotros tendemos a culpar al resto de nuestros errores, hay personas que se culpan de todo, incluyendo cosas sobre las que no han tenido ninguna responsabilidad. “Parece enfadada, seguro que es por mi culpa” es una frase que ha acabado con numerosas relaciones.
10. Ser catastrofista
Los pesimistas y deprimidos, se caracteriza por pensar que todo lo que nos rodea va acabar mal. Lo triste es que, si entramos en ese círculo vicioso, pensaremos realmente que todo nos va mal, y al final, tendremos razón.
Aquí te presento un ejercicio cognitivo que te ayudara a confrontar tus pensamientos negativos.
1. Escribe lo que te preocupa.
2. Escribe lo que te imaginas que puede pasar.
3. Pregúntate con honestidad. ¿estoy exagerando?
4. Borra, tacha lo que te parece exagerado y poco objetivo.
5. Se objetivo. Pregúntate. ¿Cómo vería en tu lugar la situación la persona que mas admiras? (se vale poner a Cristo, La Virgen, un familiar, un jefe, etc… y escribe como lo verían ellos o esa persona.
6. ¿Qué haría esa persona, si estuviera en tu lugar?.
7. Compara las 2 cartas.
8. Escribe las diferencias, entre una carta y la otra, sin justificar tu actitud.
9. Replantea la situación. ¿Qué posibilidades hay de que esto pase?
10. Vale verdaderamente la pena seguir preocupado por esto.
11. Si lo que esperabas. Ya está sucediendo. Acéptalo, es decir. “Esta es mi realidad”
12. contestar. Esta decisión que estoy tomando está en contra de mi fe, produce paz interior, me ayuda a tener una mejor vida de cara a Dios, me sentiré con más libertad y me quitara un peso, esta decisión genera amor o es un acto de amor.
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